Hay más árboles en el planeta que estrellas en la Vía Láctea, o neuronas en tu cerebro, o personas en el planeta.
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Son los guardianes de nuestros ecosistemas; retienen las inundaciones, absorben la contaminación y nos proporcionan alimento, refugio y energía.
Hay alrededor de 3 billones de árboles y 400.000 millones de estrellas en nuestra galaxia. Los naturalistas llevan mucho tiempo deseando adquirir la capacidad de escuchar el bosque para conocerlo mejor.
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Al fin y al cabo, el bosque sigue siendo un misterio para nosotros, que intentamos resolver mediante las voces artificiales de instrumentos y máquinas.
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Pero, ¿y si pudiéramos aprender a escuchar su verdadera voz?
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Este concepto puede parecer descabellado. Pero muchas sociedades primitivas creían que los árboles eran seres vivos y los cuidaban en consecuencia.
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Los druidas, una orden religiosa de la antigua Gran Bretaña y la Galia, creían que ciertos árboles eran el hogar de los espíritus y se tomaban en serio su protección.
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En Occidente, el poeta griego Hesíodo escribió que los humanos no debían talar los árboles sin una buena razón porque eran el hogar de ninfas, hadas y otros espíritus.
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Como hablamos con naturaleza
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«No estamos acostumbrados a pensar en los árboles como seres sociales, pero lo son», dijo Haskell a la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en 2018. «Son sociales, son inteligentes, son sofisticados».
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El «lenguaje» que utilizan los árboles para comunicarse se conoce como señalización química o quimiosíntesis.
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Este lenguaje implica no sólo la liberación de sustancias químicas a través del aire o del suelo, sino también la liberación de las mismas a través de las grietas de la corteza y de la savia. En este sentido, la corteza de un árbol actúa como su piel.
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Los bosques de toda Norteamérica están llenos de feromonas de los árboles que sirven de advertencia sobre infestaciones de insectos o patógenos fúngicos. Pueden advertir a otros árboles de su entorno de peligros como la sequía o el fuego.
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Un estudio demostró que los plantones de roble rojo plantados en una zona afectada por cochinillas de haya crecían más lentamente que los de un grupo de control debido a la señal de advertencia de las hayas circundantes.
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La lengua de los árboles también puede ayudarles a sobrevivir en su entorno. Por ejemplo, los pinos blancos expuestos a la contaminación por ozono producen sustancias químicas que los protegen de la contaminación atmosférica.
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Y otras especies pueden depender de sustancias químicas producidas por otras especies vegetales para adaptarse a tensiones ambientales como la sal o la sequía.
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Los árboles son conocidos por su capacidad de percibir y responder a los cambios ambientales. Son muy sensibles a su entorno, a la disponibilidad de agua, la temperatura, los nutrientes del suelo y la calidad del aire.
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Cada especie arbórea utiliza su propio lenguaje químico basado en cientos de compuestos diferentes que produce.
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Creencias pasadas y futuras
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La idea de que los árboles se comuniquen entre sí puede parecer extraña, pero no lo es más que la idea de que dos seres humanos puedan comunicarse entre sí.
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Al fin y al cabo, el lenguaje es simplemente un sistema de comunicación. La diferencia radica en quién desarrolló el lenguaje.
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Por ejemplo, los dayak de Borneo, en Indonesia, consideran que los árboles son personas con sus propios espíritus y almas, capaces de sentir hambre y dolor.
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El autor Haskell describe su propio «momento árbol», cuando de repente sintió que había entrado en sintonía con la conciencia de un árbol.
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Describe cómo escuchaba la selva tropical que le rodeaba, con sus millones de voces, y cómo de repente sintió la certeza de que estaban hablando entre sí.
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Para él, fue «como si de repente hubiera aprendido a sintonizar con la frecuencia secreta de alguna civilización alienígena, perdida hace mucho tiempo».
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Hablar inglés, español o árbol
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Con esta información podemos saber que no solo tenemos como meta aprender los idiomas para comunicarnos con otros seres humanos, sino también con la naturaleza.
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¿No sería increíble poder saber que nos puede decir los arboles a nuestro alrededor?
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Aural Zone nos apasiona el sonido y ondas que nos rodean, de esta manera hemos descubierto temas tan interesantes como este que nos gusta llevar a toda nuestra comunidad.
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Referencia
https://www.nature.com/articles/41557 Simard, S., Perry, D., Jones, M. et al. 1997 DOI: https://doi.org/10.1038/41557
